El 2020 fue un año repleto de desafíos. Quienes lideran escuelas tuvieron que enfrentar nuevos esquemas de gestión, organización del trabajo docente y también encontrar alternativas frente a una modalidad de educación remota en emergencia. El trabajo en equipo, la confianza y la adaptabilidad se volvieron indispensables para que podamos salir fortalecidos como comunidad.

En este sentido, invitamos a tres directivos a que nos compartan cuáles fueron los aprendizajes que fueron alcanzando durante un año tan complejo:

Tamara Carrara, Directora del Instituto San Roberto del barrio de Flores, afirmó que “la modalidad de trabajo virtual llegó para quedarse”, tanto para organizarse como equipo, para conocer cómo utilizar las diferentes plataformas, o para complementar su formación. “Todo eso ya lo fuimos incorporando a nuestro trabajo, al igual que otros conocimientos y herramientas que vamos sumando a nuestra formación profesional. Aprendimos muchísimo en cuanto al uso de la tecnología y es difícil que lo descartemos”, aseguró.

Por su parte, Claudio Fernández, Rector del Colegio San Cristóbal, señaló que el concepto de virtualidad les permitió darse cuenta de que es posible utilizar un montón de herramientas para trabajar entre los docentes e incluso con los alumnos, y así fortalecer los procesos de aprendizaje mediante el uso de plataformas digitales.

“En el transcurso del año hemos convocado a reuniones con los equipos docentes y prácticamente el 100% podía asistir. En la presencialidad eso era prácticamente imposible porque, por ejemplo, los docentes tienen jornadas en otros colegios el mismo día. Esta modalidad ayuda bastante porque nos permite reunirnos para conversar sobre aspectos particulares de los alumnos, trabajar con los docentes de cada una de las áreas y planificar o evaluar en conjunto.

Me parece que la virtualidad nos permitió darnos cuenta cuánto podemos hacer”, subrayó. Además, aseguró que el contexto les permitió romper con la inercia de las tareas cotidianas y los obligó a aprender y a trabajar distinto, ya sea encontrando nuevos modos de acercarse a las familias o a los diferentes actores dentro de la escuela.
María Verónica Granda, directora del nivel inicial de San Cosme y San Damián, también considera que las plataformas vinieron para quedarse: “Habrá que buscar el equilibrio para saber en qué aspectos se va a quedar y en qué aspectos no la necesitamos, para que no se convierta en algo desmedido”.

Aún no quedan claras cuáles son las condiciones para ese regreso en el ciclo lectivo 2021. “En esta incertidumbre aprendimos a proyectar a mediano plazo y a contar con un plan A, un plan B y un plan C. Me parece que esas cosas vinieron para quedarse, aprender a pensar en perspectiva, con el horizonte más amplio”, subrayó.

“Ahora lo miro con mayor tranquilidad, pero al principio era como estar en un mar embravecido, pero de a poquito se fueron aquietando las aguas y fuimos aprendiendo qué es lo que sirve. Hoy sabemos con mayor claridad cómo seguir de cara al año que viene: tenemos que seguir fortaleciendo el trabajo en equipo, porque sin éste es muy difícil ir dando, al menos, pequeños pasos”, destacó Fernández.

Los invitamos a seguir leyendo la experiencia de estos tres directivos en las siguientes notas:
Trabajando juntos para ver a la escuela viva otra vez, Tamara Carrara.
Una escuela que acompaña en la incertidumbre, Claudio Fernández.
Potenciar el trabajo en equipo, María Verónica Granda.