Al inicio del aislamiento social, preventivo y obligatorio, nadie podía determinar cuánto tiempo duraría ni cuáles serían las condiciones en las que deberíamos enseñar. Lo que parecía ser un proceso de algunas semanas terminó por ocupar casi todo el ciclo lectivo con actividades virtuales.

“Como comunidad educativa, nos costó acostumbrarnos a esta nueva modalidad. Contar con la plataforma institucional Xhendra nos permitió que el trabajo fuese un poco más organizado. A través de la plataforma podíamos estar en contacto con las familias, los alumnos y los docentes”, aseguró Claudio Fernández, rector del Colegio de San Cristóbal, del barrio homónimo.

De este modo, pudieron centralizar y realizar un seguimiento del proceso pedagógico a través de las clases virtuales. “A lo largo del año nos permitió tener una comunicación muy fluida con la familia, principalmente para ir presentando cómo íbamos a trabajar en la medida que avanzabamos en el marco de la pandemia”, explicó.

Las preocupaciones de los directivos y docentes no estuvieron enfocadas sólo en mantener el proceso pedagógico, sino también en acompañar a las familias que estaban atravesando enfermedades por el avance del virus. “La prioridad de la escuela, del equipo directivo y de los docentes fue acompañar y estar a la altura de lo que cada familia estaba viviendo. Así, fuimos buscando un equilibrio y un orden de trabajo”, aseguró Fernández.

Tras el receso de invierno, era más claro que esta modalidad de educación remota en emergencia acompañaría la realidad escolar por mucho tiempo. Eso permitió establecer nuevos modos de organizarse. El rector señaló que en el Colegio San Cristóbal organizaron un horario de clases virtual adecuado a las posibilidades de su comunidad educativa, teniendo en cuenta los recursos y el tiempo de los alumnos y docentes. “Hoy está funcionando un horario semanal virtual que permite un contacto más sistemático entre los docentes y los chicos”, explicó.

– ¿Qué desafíos tuvieron a la hora de organizar las burbujas, los grupos de chicos y de preparar la infraestructura edilicia de la escuela?

– Desde agosto comenzamos con reuniones para ver cuáles eran las necesidades que nosotros teníamos desde lo edilicio para garantizar que los chicos y docentes estén en la escuela con las condiciones adecuadas al contexto. Cuando en octubre se planteó el regreso de séptimo grado y de los quintos años, nos pusimos de acuerdo para preparar el colegio para para poder regresar, garantizando la seguridad de todos. Antes de empezar, realizamos una reunión de padres para explicarles a las familias qué era lo que la escuela podía ofrecer: los martes nos reunimos con quinto año, y los jueves con aquellos chicos que por diferentes razones no habían podido participar regularmente de las actividades que realizamos en los entornos virtuales. En el primer caso, explicamos cuáles serían las actividades de revinculación previstas y aclaramos que eran de carácter optativo. Luego enviamos la inscripción a través de la plataforma y comenzamos a preparar todo. Obviamente hubo que comprar, con mucho esfuerzo, elementos de limpieza e higiene. Además de esto, marcamos los pisos, respetamos la distancia entre uno y otro, incluso mayor a lo que solicita el protocolo, se limpiaba cuando un grupo terminaba su actividad y antes de que ingrese el segundo. Si bien hubo y hay muchos desafíos, pudimos preparar todo para iniciar con las actividades presenciales con los quintos años durante la primera semana de noviembre.