Mi nombre es Mariana Salas, en la actualidad me desempeño como Directora del Instituto La Piedad. El año pasado fui convocada para participar en una iniciativa que abarcaba a quienes habían asumido en roles directivos en la red de escuelas de la Vicaría durante los años 2018 y 2019.

La propuesta invitaba a recibir acompañamiento y capacitación, proponiendo capitalizar la motivación que presentábamos, con la soledad y el temor que muchas veces dichos roles producen. Vale recordar, que nos encontrábamos sumergidos en un escenario totalmente desconocido hasta ese momento, como el que nos ha obligado a atravesar la pandemia producida por el Covid-19. Eran tiempos difíciles y llenos de angustia donde el desconcierto dominaba cada día.

La propuesta llegaba en medio de una tormenta y prometía ser un espacio donde pudiéramos descansar, reflexionar y retomar fuerzas para volver con más energía a los desafíos que cada día nos presentaba.

Me embarqué con curiosidad sobre qué herramientas podrían ofrecerme, encontrando más de lo que imaginaba. Un lugar de “encuentro”, no sólo con otros, sino con uno mismo. Donde las propuestas abarcaban desde momentos de oración y reflexión, hasta una exquisita selección de materiales que enriquecieron ampliamente tanto mi trabajo, como mi persona.

Contenidos variados, podcast, videos y lecturas profundas que han llevado continuamente a una reflexión sincera y profunda acerca de la propia práctica, aportando herramientas, estrategias y hasta una red de trabajo donde poder compartir las vivencias de cada institución.

Clases centradas en temas importantes y específicos de la gestión, que han brindado conceptos claros y precisos intercalados con tiempos de intercambio con directivos de otras escuelas, para examinar, debatir y compartir dudas y estrategias sobre el desempeño de las instituciones parroquiales y la resolución de problemáticas, mediante trabajo colaborativo.

El Directivo como Misionero, Liderazgo, Evaluación Institucional, Resolución de Conflictos, Gestión de Emociones, y Planeamiento Estratégico, son sólo algunos de los temas que se han profundizado en los encuentros. Temas necesarios que exigen un trabajo intenso, sostenido y duradero, pero que permiten desarrollar la labor directiva entendiéndola como un servicio de amor y entrega, no sólo para con los niños y con las familias de nuestras escuelas, sino para con nuestros docentes.

Las cuestiones abordadas atraviesan a todas las escuelas en la actualidad. Por consiguiente, cuán necesario se hace el poder intercambiar con otros para la búsqueda de aciertos y oportunidades, que junto a la Oración, fortalezcan nuestras Escuelas y colaboren con la obra evangelizadora, permitiéndonos un crecimiento personal e institucional.

“Directores Noveles”, ha permitido y permite repensar roles, cultivar valores, consolidar potencialidades propias y ajenas, fortalecer la Oración y la Fe, gestionar mejor los tiempos y las emociones, animarse a ir en busca de las mejoras e innovaciones necesarias, y poder ser parte de una red que trabaja colaborativamente con compromiso, creatividad, solidaridad y esperanza en construir cada día una mejor escuela.

Lic. Mariana A. Salas