Repensar la escuela secundaria: desafíos y oportunidades que nos ofrecen las ACAP

En una época en la que la escuela secundaria necesita cada vez más transformaciones en sus propuestas pedagógicas y curriculares, las Actividades de aproximación al mundo de trabajo,  los estudios superiores y la formación de ciudadanía (ACAP) emergen como una puerta clave para ofrecer otro tipo de experiencias significativas para los estudiantes. A continuación, algunas reflexiones en la voz de sus protagonistas.

El sentido de las ACAP 

Inés Dussel (2015:279) plantea que “desde hace al menos una década, las escuelas secundarias viven un momento de cambio en la Argentina, caracterizado algunas veces como crisis y otras veces como transformación”. Sin dudas, la obligatoriedad del nivel decretada hace más de 15 años por la Ley de Educación Nacional N°26.206 fue uno de los hitos más importantes en materia de política educativa de los últimos tiempos. Entre todos sus propósitos, en el artículo 30 se plantea que “la educación secundaria en todas sus modalidades y orientaciones tiene la finalidad de habilitar a los/las adolescentes y jóvenes para el ejercicio pleno de la ciudadanía, para el trabajo y para la continuación de estudios”. Pensar y trabajar en el acompañamiento de los jóvenes en “el después” de la escuela es una necesidad y obligación. Ahora bien, ¿de qué modo esto realmente sucede en la práctica, en las aulas?

La escuela secundaria de hoy nos convoca a un análisis urgente de cursos de acción posibles para repensarla de manera profunda. Esto implica considerar qué saberes y habilidades resultan los fundamentales y más significativos para preparar a los jóvenes para la vida, como así también pensar en cuáles deben ser las políticas y propuestas pedagógicas e institucionales más adecuadas para acompañar y profundizar estos cambios requeridos por la escuela secundaria de nuestro país. Si bien no se debe confrontar el saber contra el saber hacer (Rivas, 2018), el cambio en la matriz escolar actual respecto al qué aprender debe ser acompañado por cambios en las pedagogías vigentes.

Las ACAP nos traen una respuesta a esta demanda, en tanto experiencias educativas significativas para los estudiantes, que los acerca a situaciones reales de trabajo en las que puedan desarrollar competencias y saberes para su desempeño futuro. Asimismo, son propuestas que promueven su desarrollo humano y cristiano, considerando la vocación en un sentido más profundo y transversal a la hora de salir al mundo laboral

ACAP, contenidos y habilidades: una integración necesaria

Tal como se plantea en la resolución 3958/MEDGC/21, “las ACAP se constituyen como instancias de aprendizaje en el marco de los diversos espacios curriculares de la formación específica, el espacio de definición institucional y, excepcionalmente, de aquellas asignaturas de la formación general que tengan estrecha vinculación con la orientación”. Es decir, no deben ser vistas como experiencias aisladas, sino como complementos enriquecedores del currículo general. Son espacios concretos y reales de aprendizaje, dentro y fuera de la escuela.

Resulta clave para la formación de cada estudiante tener su primer acercamiento a espacios en donde se proyecta el quehacer de la orientación desde una propuesta pedagógica que le permita poner en valor todos los conocimientos aprendidos en su paso por la secundaria, promoviendo, a su vez, la adquisición de nuevos aprendizajes a partir de estas experiencias. Pero no solo de saberes se trata, sino que las ACAP plantean integrarlos con el desarrollo de habilidades blandas.

Ahora bien, ¿de qué modo se enseñan y cómo se evalúan en el marco de las ACAP? ¿Es posible visibilizar el aprendizaje o “adquisición” de estas capacidades en los estudiantes de 5to año? ¿Y qué habilidades específicamente se pueden trabajar en estas experiencias fuera de la escuela? Como plantea Mariana Maggio (2018:73), “las habilidades del siglo XXI fueron definidas en el siglo anterior. Las prácticas de la enseñanza, que desarrollamos en el siglo pasado y en este, no parecen estar contribuyendo de modo sistemático y desde su diseño a favorecerlas”. No obstante, las experiencias ACAP emergen como oportunidades que priorizan, sobre todo, la puesta en práctica de habilidades en ámbitos laborales reales. 

La mirada de los referentes ACAP

En sintonía con esta dimensión clave como lo es el desarrollo de habilidades, para Emanuel Agustín Giosa – Referente ACAP del Centro Educativo San Francisco Javier –  “los chicos pudieron reforzar los aprendizajes que tuvieron en el nivel secundario, sobre todo en las materias orientadas. El foco fue puesto en la mejora de las habilidades blandas, como el liderazgo, el trabajo en equipo y la comunicación. A través de los distintos proyectos, los estudiante pudieron desarrollar estas habilidades y mejorarlas”.

Para Hugo Bezzati, referente ACAP del Instituto Nuestra Señora del Luján, las ACAP se conciben como “una innovación educativa que viene a llenar un área de mejora, que es la conexión entre el mundo educativo y el mundo del trabajo o adulto. En este sentido es hasta algo revolucionario”. Agrega que implica un trabajo en equipo en donde se involucran alumnos, directivos, profesores y referentes ACAP.

En este trabajo mancomunado, las dificultades – como en todo proceso de innovación – también se hicieron presentes. Marianela Carro, referente ACAP del Instituto Cristo Obrero, plantea que uno de los obstáculos que identificó en todo el proceso fue el de acceder a un gran número de espacios laborales: “encontrar organizaciones oferentes resulta muy difícil, sobre todo para escuelas como la nuestra con gran cantidad de estudiantes y tres tipos de modalidades. Además la cantidad de horas a cumplir resulta elevada”.

Por su parte, Juan Pablo Naya – rector del Centro Educativo San Francisco Javier – comparte que la experiencia se trató de “una instancia superadora, algo realmente positivo que ha llegado a nuestra escuela para quedarse (…) Toda la comunidad educativa ha vivido con mucha intensidad el proceso, para bien, y esto es algo que nos llena de mucho orgullo”. Agrega que las expectativas iniciales “se vieron altamente superadas, en primer lugar por los lugares que convocaron a los alumnos, y también por la experiencia de los chicos en su aproximación al mundo laboral”.

En el Instituto Nuestra Sra.del Carmen, Victoria Iglesias se desempeñó como Referente ACAP y comparte que lo vivido este año “ha sido una experiencia enriquecedora para nuestros alumnos. Han adquirido habilidades valiosas, experimentado el mundo laboral real y recibido feedback para su crecimiento personal y profesional. Esta iniciativa demuestra nuestro compromiso de preparar a los estudiantes para los desafíos del mundo laboral y la vida adulta”. El colegio formuló su propia visión con respecto a las ACAP: “deseamos que, a través de esta experiencia de práctica profesional, nuestros alumnos fortalezcan sus habilidades sociales, intelectuales y comunicativas, fomentando su pensamiento lógico y crítico, su creatividad y su capacidad para trabajar en equipo. La meta es formar ciudadanos responsables, capaces de contribuir constructivamente a la sociedad y su entorno”.

Las ACAP en la voz de sus principales protagonistas: los estudiantes

¿Y cómo han vivido los chicos/as de 5to año todo este proceso? Compartimos ahora algunos testimonios de estudiantes para conocer más de cerca sus experiencias. Desde el Centro Educativo San Francisco Javier, nos dicen lo siguiente:
“Las ACAP me ayudaron a descubrir cosas de mí misma que no sabía, o me ayudaron a desarrollar cosas que sentía que tenía que desarrollar, como la paciencia. También cosas básicas como saber tomar decisiones, cómo manejarte en el mundo real…”
(Sofía Romero).

“Las ACAP me aportaron experiencia. Llegar al lugar, compartir con un grupo de trabajo… eso me dio muchas ganas de ya empezar a trabajar por cuenta”

(Julieta Fuentes Obregón).

“Por más que tengas prácticas buenas o malas, siempre de alguna te llevás algo. Aprendés mucho de la experiencia”
(Milagros Wasyluk).

“Las ACAP me ayudaron a entender lo importante que es tomar una decisión en una gran empresa, lo importante del trabajo en equipo. Me abrieron un camino para que mi inserción al mundo laboral sea mucho mas sencilla de lo que hubiera sido si no hubiera formado parte de estas prácticas. Trabajar en una empresa fue mi primer gran acercamiento a un trabajo: estuvimos armando mi CV, tuve un simulacro de entrevista para que se vayan los nervios y para cuando llegue el momento de una real me pueda desenvolver más tranquila. Las ACAP me ayudaron en mi propio proyecto de vida”.
(Cindy Velázquez)

Pueden escuchar y ver a Facundo Uriel Fontaine y Cindy Velázquez compartiendo sobre sus experiencias en la Usina del Arte y Galeno seguros accediendo a estos videos:

 

 

 

Por su parte, algunos estudiantes del Instituto Cristo Obrero suman estos testimonios:
“En todo este tiempo desde que empezamos las ACAP me sentí increíble. Me llevo conocimientos, amistades y contactos. Los talleres, las prácticas laborales y las actividades en la UCA me ayudaron a progresar tanto personalmente como en el trabajo en equipo”.

“En esta etapa me llevé conocimientos que me van a servir a futuro, para todo lo que me proponga”

“Las ACAP me aportaron experiencia sobre cómo desenvolverme y administrarme en lo laboral, ya sea una entrevista, a través de redes o dentro del trabajo”.

Finalmente, compartimos testimonios en formato de video de estudiantes del Instituto Nuestra Sra.del Carmen, quienes cuentan su experiencia laboral en la UCA, en el Hospital Italiano y en Cáritas:

 

 

 

 

Articulando con el sector privado

En este relevamiento de experiencias, la dimensión faltante es la de las organizaciones oferentes que, durante todo el año, han recibido a los estudiantes de 5to y los han acompañado en su proceso de prácticas laborales.

Mauricio Bertonati Horcas, Analista Senior en Sustentabilidad de Grupo Supervielle y nexo del Banco con Vicaría, plantea que desde la organización sintieron que la  implementación de las ACAP fue una importante contribución al proyecto de vida de cada estudiante: “abordar el desafío de proporcionar a los jóvenes oportunidades auténticas de intercambio y aprendizaje con los equipos de nuestras sucursales era un motivo de preocupación al comienzo del programa. La articulación exitosa de diversas áreas y secciones de 30 sucursales del Banco en colaboración con 16 institutos pertenecientes a la Vicaría nos ha permitido ofrecer un total de 420 cupos para estudiantes de quinto año interesados en adquirir experiencia práctica en una entidad financiera. Este logro representa un hito importante en nuestra misión de respaldar el desarrollo y crecimiento de la próxima generación de profesionales”.

Entre los aspectos positivos de todo el proceso, Mauricio destaca “la disposición constante y positiva de cada gerente y de los equipos de las sucursales, los coordinadores ACAP y la actitud mayoritariamente favorable de los jóvenes que llevaron a cabo sus programas en el banco”. También desde el Banco valoran “el doble impacto de la acción que nos dejó un aprendizaje mutuo diverso e inclusivo dado el enriquecedor intercambio intergeneracional entre los jóvenes y los colaboradores”.

Por su parte, desde la Universidad de Morón, destacan el compromiso y la actitud de los estudiantes que participaron de las más de 35 propuestas de experiencias, tanto de aproximación a los estudios superiores como experiencias de aproximación al sector productivo. La secretaria Académica Marcela Kral nos expresa: “estamos convencidos que una Universidad de Puertas Abiertas permite que los estudiantes se habitúen a una nueva modalidad de vida, se acerquen con franqueza a consultar dudas, superen temores propios de la etapa de transición en la que se encuentran y logren definir su vocación”.

Desde Galeno Seguros, Daniel Hadid, Gerente de Suscripción de GALENO ART, alienta la continuidad del proyecto al aportar que “todos los estudiantes que participaron lo hicieron con entusiasmo, expectativa y ganas de aprender; se preocuparon por entender la dinámica de trabajo que tenemos y las distintas tareas que repasamos juntos”.  Considera que para la organización fue una experiencia enriquecedora: “nos resultó un proyecto muy interesante y nutritivo, logramos el objetivo de enseñarles las herramientas que hemos preparado, con el convencimiento de que les serán de utilidad en su desarrollo profesional. Cada uno con sus características personales, logró capitalizar la experiencia.”

Bárbara Perez, Gerente de Prevención de riesgos de Galeno ART, se muestra entusiasmada con el proyecto: “desde la Gerencia de Prevención y Salud Ocupacional nos ha sido muy grato poder formar parte de esta nueva experiencia, donde no sólo aprendieron los alumnos, sino nosotros también. Aprendimos a escuchar a las nuevas generaciones que son nuestro futuro y ver como piensan un mundo mejor. Pudimos enseñarles nuestras actividades y respondieron de manera adulta y responsable, hasta dando sus opiniones sobre posibles mejoras. Sinceramente nos parece una muy buena experiencia para ambas partes, agradecidos de la misma”.

Reflexiones finales: proyectar 2024

Los testimonios anteriores son solo una pequeña muestra de los tantos aprendizajes y reflexiones que este intenso recorrido dejó en cientos de estudiantes, docentes, referentes ACAP y organizaciones oferentes. Recuperar lo vivido y ponerlo en palabras nos ayuda a validar y valorar el enorme esfuerzo en equipo puesto a lo largo de este 2023, a la vez que nos prepara y motiva para planificar el próximo año. Es necesario trabajar, al interior de cada escuela, en una evaluación colegiada entre todos los participantes que fueron parte de la gestión de las ACAP: ¿qué sostener de todo lo bueno, de las fortalezas de nuestro proyecto como institución? ¿Qué modificar o repensar? ¿Qué nuevas organizaciones nos gustaría sumar para potenciar el trabajo de este año y habilitar nuevos espacios? ¿Qué nuevas oportunidades de aprendizaje para nuestros estudiantes podríamos aprovechar, conociendo ya el recorrido y desafíos de las ACAP?

Desde la Vicaría Pastoral de Educación seguimos acompañando con el entusiasmo y convicción de que una mejor experiencia educativa en la escuela secundaria es posible, sobre todo si se planea y trabaja comunitariamente, en red.