En mayo de este año. un grupo de directivos de los colegios participó de un fin de un retiro espiritual preparado especialmente para ellos. Como una de las actividades se les propuso crear una especie de “Credo” del directivo de escuela y estas son sus creencias y renuncias:

Creemos en…

 

Una educación evangelizadora que transforma la sociedad

Una escuela formadora en la Verdad

La construcción compartida de la tarea educativa y en el trabajo directivo como un servicio que se construye en equipo

En las relaciones humanas capaces de generar vínculos profundos

La oportunidad del encuentro breve que genera esperanza

Una comunidad donde todos tienen algo para aportar

El diálogo que educa y transforma

En la capacidad de escuchar con apertura y ternura,

Un Dios vivo y presente en nuestras escuelas

Jesús que nos acompaña a cada paso

Jesús maestro y modelo, que aprendió de su madre y que está presente en el corazón de nuestros chicos, de sus familias, de nuestros docentes y de toda persona que forma la comunidad educativa

Jesús presente en los discernimientos compartidos con el equipo directivo, docentes y familias,

Jesús vivo en nuestros alumnos y que se manifiesta a través de ellos,

El Espíritu Santo siempre presente, que nos brinda la palabra y la guía oportuna cuando lo invocamos

El Espíritu Santo que obra en cada corazón, que ilumina y acompaña ante el descontento, las inquietudes o el agradecimiento, renovando fuego apostólico de nuestra vocación

María como modelo de educadora

 

Renunciamos a…

 

Al pesimismo que no dice que no se puede hacer nada

Al desánimo

A juzgar o etiquetar a familias, alumnos y docentes

A los prejuicios que condicionan mi forma de actuar y de mirar la realidad vital de los demás

A la autosuficiencia y a la rigidez de pensar que sólo hay una forma de hacer las cosas

A anteponer los intereses personales o las ideas unipersonales frente al logro de un bien común mayor

A acaparar y querer abarcar todo, evitando delegar de manera prudencial las tareas según los dones y capacidades de los demás

La indiferencia que no se preocupa por la realidad de nuestros alumnos

La indiferencia ante imposiciones culturales contrarias a la antropología cristiana

Al desánimo

La ansiedad que todo lo quiere para ayer

A la soberbia y a la falta de diálogo

A dejarnos vencer por las contrariedades y a no tener una mirada atenta.