Trabajo del Equipo de EOE:

El equipo de apoyo de la Institución, está integrado desde el año 2019, por dos docentes: Natalia Karina Mano, Licenciada y Profesora en Psicopedagogía y Docente de Nivel Inicial y Vanina Maineri, Psicopedagoga y Docente de Nivel Inicial.
Nuestro trabajo dentro de la Institución fue sufriendo modificaciones en búsqueda del mejor modo posible de acompañar las individuales de cada niño que forma parte del nivel inicial. Nuestro objetivo se basa principalmente en acompañar las trayectorias de los niños y niñas con necesidades específicas, ya sean por poseer algún tipo de discapacidad o porque presenten dificultades frente a las propuestas de los docentes.

Asimismo, intentamos que a nuestros niños no se le vulneren los derechos y se alcancen las condiciones de accesibilidad necesarias para una vida plena.

Desde los inicios, la necesidad de crear redes de contención con los diferentes actores sociales y efectores de salud estuvo presente. Por ese motivo, fuimos en persona, previo a la Pandemia a estos centros, con el fin de conversar con los diferentes profesionales que atienden a nuestros niños/as.

Esto fue de gran ayuda para nosotras, y hoy podemos decir orgullosas que hemos creado redes de contención, trabajo y sostén para las familias. Y decimos familias, porque nuestro trabajo no se limita a la intervención puntual con los niños. Contemplamos los diferentes contextos en los que están inmersos, pudiendo de esta manera realizar abordajes precisos, integrales, y sobre todo, centrados en la singularidad de cada familia; entendiendo sus posibilidades sin perder de vista la empatía con ellos en momentos en los que, probablemente, lo que tenemos para decirles, no sea lo que esperaban escuchar.

Estas redes, principalmente fueron tejidas con los pediatras, fonoaudiólogos, psicólogos, etc de los Cesac más próximos a la institución y con los dispositivos de la Superintendencia de Salud, Asesoría Tutelar de menores y Anses que funcionan en nuestro barrio. Sin lugar a dudas, el hecho que nosotros como institución hayamos salido al encuentro del sector salud, permitió abordar a nuestros niños de una manera interdisciplinaria, pudiendo intercambiar impresiones entre escuela y salud.

El desconcierto al que nos enfrentó la pandemia nos obligaba a replantear nuestra labor. A poner sobre la mesa las intervenciones que hacíamos y poder diagramar nuevas que respondan a las demandas socioculturales actuales.

Algo sabíamos, las redes creadas, serían unas de las pocas constantes que mantendríamos, y servirían de base a nuevos caminos a cartografiar.

La distancia física de la pandemia, nos obligó a buscar estrategias que nos permitieran humanizar las pantallas, y de esta manera acompañar a nuestras infancias y sus familias.
Independientemente del trabajo que las docentes de sala realizaban con los niños en los zoom, grupos de whatsapp, etc; nosotras creamos otros espacios virtuales individuales con cada familia que presentaba dificultades en los aprendizajes o en algunas habilidades; y que se vieran más perjudicadas con el aislamiento.

Así fue que en estos grupos fuimos trabajando diferentes propuestas tanto para las familias, como para los niños. Con los niños, actividades lúdicas acompañaban sus aprendizajes, y con las familias tratábamos de brindarles herramientas para andamiar las propuestas brindadas.

Siempre decimos que, aunque somos Psicopedagogas, y no estamos formadas en otras áreas, salimos al encuentro haciendo a la vez de fonoaudiólogas, terapistas ocupacionales, etc. Las familias lo necesitaban, la pandemia nos lo demandaba, y nosotras teníamos que dar respuestas.

Las redes que habíamos formado sirvieron de guía. Los whatsapp con las terapeutas, con los médicos, con los diferentes actores fueron la base para saber desde dónde abordar estas cuestiones en función de sus necesidades específicas de cada uno de los niños en tratamiento.
Podemos estar seguras de que el trabajo no fue en vano, que logramos alcanzar los objetivos propuestos.

El 2021 fue un año de reencuentros, de protocolos y de trabajos sostenidos. La mirada se hizo protagonista de los días en el jardín, y tuvimos que aprender a interpretar gestos, necesidades, dificultades y mensajes a través de ella. Así fue como en función de la evolución de los protocolos vigentes pudimos comenzar a trabajar de diversas maneras.
Por un lado acompañando a las docentes por medio de intervenciones in situ y por el otro abordando de manera individual o grupal cada situación planteada.

Este último punto también nos significaba una gran adaptación. El jardín es pequeño y los espacios escasean. Como equipo no contamos con un sector exclusivo en donde podamos trabajar con los niños de manera individual. Debíamos conquistar espacios, adaptarnos, reformularlos. Y así fue. Aprovechando el solcito de la tarde en el patio de juegos, la terraza, la sala de maestros (desde donde, por ejemplo, hoy escribimos estas líneas), el sum, fuimos construyendo nuevos lazos que acompañen aprendizajes y reforzando los ya existentes.

Focalizando en la prevención este año incorporamos algunos encuentros con los nuevos ingresantes 2022. La propuesta consistió en 3 encuentros de juego con los aspirantes a sala de 4. En los mismos se trabajaron algunos contenidos prioritarios y cuestiones de índole evolutiva.

Pudiendo detectar algunas dificultades, es que sugerimos a las familias realizar las consultas necesarias a fin de, según criterio profesional, comenzar el año con un panorama claro en relación a estas dificultades. De esta manera, creemos que podremos acortar los tiempos desde la primera consulta de diagnóstico, hasta los inicios de los tratamientos, como también adelantarnos a la alta demanda que poseen los centros de salud iniciando el año lectivo.

Otro logro que pudimos conquistar, fue el relacionado con la emisión de los CUD. Bien sabemos que el camino se hace cuesta arriba cuando los recursos no son los ideales; pero más aún cuando los sistemas colapsan y la atención individualizada pierde el foco en el sujeto.

Los años transcurren y en nuestros contextos no es frecuente encontrar personas con discapacidad que puedan acceder a las prestaciones básicas. Por eso, nos es urgente poder colaborar desde nuestro lugar garantizando el acceso a todo lo que empodere a nuestra comunidad y más aún a las PcD. Así fue que en conjunto con los profesionales que atienden a nuestra comunidad, logramos acelerar los tiempos de estudios y turnos médicos. Acompañar a las familias en todo lo que responde a la gestión de los trámites y requisitos, e incluso para asistir a la Junta Evaluadora; para así contar con el certificado y los beneficios de éste.

Por último, como bien entendemos que la articulación y el trabajo en equipo es la base de todo trabajo es que comenzamos a realizar reuniones con el equipo de apoyo de nuestra escuela primaria. El objetivo es que ellos puedan dar continuidad al trabajo comenzado en el nivel inicial y acompañando las trayectorias en concordancia con el espíritu institucional de la Comunidad Nuestra Señora del Carmen.

Contexto Social:
El Jardín Nuestra Señora del Carmen, es una Institución Educativa de Gestión Social, ubicada dentro de villa 15, en Ciudad Oculta.

El barrio está integrado por familias de bajos recursos quienes trabajan en puestos de venta callejeros, como son las ferias, en casas de familias donde las madres trabajan como empleadas de limpieza o cuidando enfermos y ancianos o en talleres de costura clandestinos.
Con la mirada abierta a las necesidades del barrio, el carisma que nos identifica se orienta a poder brindar una ayuda a las familias entendiendo la necesidad no sólo en sentido material, sino también afectivo, orientándolas y conteniéndolas en la crianza de sus hijos/ hijas.

Natalia Mano